lunes, 21 de enero de 2013

Noches.



Y entre tanto golpe de almohada yo sólo podía pensar en mis dedos y en su espalda. En mis dedos repasando suavemente todas sus formas hasta llegar a su cintura.
Entonces sonó el móvil y volví a la realidad. Nunca podría haber pasado tal cosa, por mucho que la deseara.

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